Turística y adrenalínica

La marca austríaca lleva desde mediados de esta década entrando cada vez con más fuerza en el terreno asfáltico, cuando históricamente había sido (y sigue siendo) una de las más radicales representantes del “off road”. No obstante, lo ha hecho de forma muy inteligente y aprovechando la imagen indiscutiblemente deportiva y “racing” que siempre ha tenido. De esa forma, casi ninguna otra fábrica podría haber desarrollado una turística partiendo de la base de de la más efectiva supermotard de gran cilindrada que existe en el mercado. Eso es exactamente lo que ha hecho con la Supermoto 990 recortando y endureciendo las amortiguaciones, bajando asiento y logrando una moto rápida, estable, pero al mismo tiempo muy divertida de llevar y lo suficientemente cómoda para hacernos disfrutar de cualquier viaje que nos propongamos. Básicamente podríamos decir que ha logrado una moto estupenda que mezcla lo mejor de las sport-turismo, las supermotard y las trail asfálticas.
Como dice el titular, turística y adrenalínica al tiempo.